Querida humanidad: Qué herida humanidad

Qué herida humanidad. Gracias a Ana Paula R. Islas por compartir con nosotros una frase tan poderosa y tan cierta. ¿Qué es lo que ha hecho el coronavirus con nosotros? Ha venido a revolucionar no solo la manera en la que vivíamos y a todo lo que estábamos acostumbrados, si no que también llegó a generar distintos estados de ánimo.

¿Te has sentido más vulnerable o sensible desde que empezó el coronavirus? Si tu respuesta es sí, eres parte de la mayoría de las personas que están viviendo esto. La incertidumbre, el miedo, las dificultades para dormir, ansiedad, estrés y frustración sumado al distanciamiento social, son factores que pueden transformar a cualquiera.

Se siente un ambiente herido alrededor, alterado, privado de su libertad. Cuándo íbamos a imaginar que las cosas más simples que dábamos por hecho se convertirían en algo tan ajeno a nosotros. Un abrazo, un día en el trabajo, un saludo de mano, una comida con alguien querido, ir de compras al supermercado.

Pero no necesariamente todo tiene que ser malo y oscuro, también es un tiempo y una oportunidad de aprendizaje, cambio y crecimiento. Sacar lo positivo de una circunstancia no tan afortunada. Queríamos cambiar el mundo y casualmente el mundo fue quien nos cambió.*

Pero qué tal si aprendemos de la lección tan grande que nos está tocando vivir. Es el momento perfecto para empezar a valorar las grandes cosas de la vida que pensábamos que eran pequeñas, es tiempo de soltar los sentimientos negativos hacia las personas para estar bien con la gente que quieres, ahora es cuando las cosas que creíamos importantes no valen nada y el tiempo lo vale todo.

Es tiempo de reflexionar, de introspección, de crecimiento intelectual y emocional, porque la realidad es que el cambio exterior no lo podemos evitar, pero el cambio en nuestro pensamiento y actitud está en nuestras manos. ¿Qué estás haciendo para ser mejor?

Ante las adversidades el primer problema que debes afrontar es tu reacción a ellas.* Identifica los pensamientos y comportamientos negativos y acéptalos, siéntelos y déjalos ir para darle entrada a aquellos que te den paz, que te hagan sentir mejor.

Utiliza este tiempo para acercarte a las personas que tienes lejos, para hacer el ejercicio que no has hecho, para llevar una alimentación que le haga bien a tu cuerpo, para agradecer que a pesar de todo, tienes lo que necesitas para vivir. Recuerda que el acto más poderoso de felicidad es elegir la vida que estás viviendo.*